jueves, 4 de junio de 2009

Partida de dados

La calle G despertaba un ambiente en calma y sólo las paredes de las naves industriales se servían del eco para mostrar que allí había alguien. Los traperos de poca monta hacían de ese sitio el suyo. Nadie se atrevía a cruzar el polígono a pie a tan altas horas de la noche.

En la periferia, putas y yonquis.

A través de una de las ventanas rotas de la antigua nave del viejo Frost, se podía ver el único ápice de vida. Era una partida de dados. No como otra cualquiera. Aquí o pagas o mueres, y de eso el joven Charlie no tuvo constancia antes de lanzarse al juego. Necio.

La calle G despertaba un ambiente en calma. El tañido de una bala trajo consigo una ambulancia, unos cuantos policías y a un forense. Ese disparo devolvió por un instante algo de vida al polígono. Sólo... quitó una. La policía tardó en llegar 5 horas, dos horas más tarde levantaron el cadáver, a las 7.47 del día siguiente reconocieron el cuerpo del joven Charlie. Sólo dos días después se cerró el caso por falta de pruebas. Corruptos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos tu relatos, especialmente este, tienen algo que los acerca al cine. Podría rodarse un buen corto con un guión basado en esta historia.

CHIQUI ;)

James Albert Hook dijo...

Un buen corto con un buen presupuesto, querido/a Chiqui. Gracias

James Albert Hook dijo...

Un buen corto con un buen presupuesto, querida Teresa. Gracias

Crimson Woodstock dijo...

En este relato te hayo en menor cantidad que en el anterior. Sigue teniendo ese toque narrativo muy tuyo, de aires detectivescos.

El que apuesta a la larga siempre pierde dijo QUAI GON en la unica y espantosa pelicula en que sale. El que apuesta, tiene al menos, dinero para perder, eso es lo que yo digo.

Crimson Woodstock dijo...

Y a la mierda QUAI GON y su estirpe de sosegados parlanchines.